sábado, agosto 14, 2010

Elseworlds

ya que el post que habia "programado" se publico detras cronologicamente al post anterior, he decidido repostearlo de un modo cronologicamente correcto. helo aqui.

Listening to: the predators - sleepy dragon

ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA PUDO O NO HABER PASADO, NADA DE RECLAMOS POR LA NARRACION, SOLO DISFRUTENLA

ahora si, el post.

tres de las habilidades adquiridas que mas utiles me han resultado a travez de los años relacionadas con el transporte publico (y a veces no tan publico), estas son:

A)asiento de fuga:o la habilidad de conseguir un asiento cerca de la puerta y que no haga conflico con
B)posicion de prisionero:evitar la ventanilla siempre, donde eres mas vulnerable

y la tercera habilidad, la que es graduacion de cinta negra en el ninjitsu de las calles:

C)aterrizaje de emergencia: o la capacidad de bajar de un camion, combi, bicicleta, moto o pesera sin que esta disminuya su velocidad (y aqui lo de la cinta negra) SIN DARTE EN LA MADRE.

Sin embargo aca en juarez la tercera habilidad es practicamente inutil, ya que los camiones (aca llamados rutas) circulan siempre con las puertas cerradas, lo que como usuario te da mas seguridad. suficiente para olvidarte de las dos primeras habilidades. en fin, que termine ocupando un doble asiento en la parte media del camion, con una maleta llena de ropa humeda colgando de mis hombros ya que no planeaba separarme de ella y yo mismo sentado de lado , viendo hacia el pasillo si no hubiera estado en mi mundo privado leyendo una fumadisima historia de yukio mishima llamada tamago en una antologia del periodo showaa, lo que tambien, admito, efue un error, desde que no conozco la ciudad tan bien como para hacer cvamino si se me pasa la parada, por no decir que Me frustra que en esta ciudad los conceptos sean tan dispares de una persona a otro, que para algunos “esta lejos” sean 6 calles y otros mas digan “aquí en cortito” que son como 8 kilometros, o sea, como media hora a trote, sin desnanso ni carga extra… en fin que como cuento, estaba embobado con dicho relato y lo que me saco de mi trance fue sentir un frio metalico en el dorso de mis manos: un malandrin que desde el otro lado del pasillo me mostraba el brillo metalico de unos pegs o estribos para bicicleta que no compre porque:
A) luego de lavar ropa no tenia dinero
B) quiero mas no tengo bicicleta
C) tengo la política de no mercar con malandros
En fin que lo rechace en buen plan y como suele pasar con la raza que quiere ser chingativa y se da cuenta que no puede con cierta raza (como yo) me pidió “un trago” de mi ya calientísima soda y además casi vacia. No perdia nada asi que se la di, mas cundo sonrio con una de esas sonrizas de “ya (te) chingue” y vi esos dientes no amarillos, no beiges… CAFES! Tan cafes que si “michael jordan” fuera un color en la tablilla de los dentistas, el basquetbolista estaría a la mitad y este tipo en el extremo mas oscuro.curiosamente el infeliz no se había ganado solamente mi botella, sino también el titulo de el ser viviente real mas horrible y digno de ser protagonista de mis pesadillas. Jason burgess? Freddy krueger? Candyman? Battlejuice? Son solo novatos.

Deje el libro por la paz y me puse mis inflatables (cuando no leo) lentes de aviador con acabado de espejo y segui tan abstraído como antes, pero en el asunto tan absurdo como fue la “captura” del gatopo y asi pasaron varios minutos (literalmente) con un ojo al gato y otro al garabato

-la puedes cambiar el chip?
Apareció de la nada, detrás de mi en uno de los pocos camiones (insisto, no entiendo porque les dicen rutas) con dos filas de asientos. Como el de al lado, era el típico cholo fronterizo; prieto, feo, tan feo como para que yo me de el lujo de decirle feo. Tatuado de pies a cabeza. Tatuado hasta las manos. Y hasta las manos andaba, con un temblor que no lo disimulaba ni ante la amenaza de quitarle lo drogadicto mediante administración de supositorios del tamaño de balones de americano. Agreguen a la ecuación un castor straight-edge somnoliento, hambriento, medio neurótico y saben que tienen? esto:

CHOLO: por que no salen llamadas?
VEEC: porque no tiene chip
C: no, ya le puse otro
V: (veo la pantalla) el teléfono no lo detecta
C: y salen muy caros?
V: como 150
C: y no sabes donde conseguirlos mas baras?
V: no

Debo admitirme fan de lo barato y regateador apasionado, pero ni asi me había causado la mas minima gracia el dialogo con este ignaro. Me enderece en mi asiento y no paso un minuto cuando el mismo malandrin me pregunto algo que no puedo (o quizás no quiero) recordar y llegue a mi limite, y cuando eso pasa naturalmente que hablo aun mas golpeado (soy norteño, después de todo) y además me sale un dejo siseante cuando me encabrono

V: y yo como chingados voy a saber?

Siguió a esto una serie de dimes y diretes en la que, como siempre (o al menos eso sigo creyendo) tuve la razón. Termino ofreciéndome el teléfono en venta, a lo que me negué ya que el mio esta igual de jodido
C:y no te interesa ESTA
El muy hijo de puta tenia en su mano una navaja de resorte, pesada y poco confiable, digna del hijo puto del legendario proxeneta pedro navajas. La abrió y la cerro de nuevo, lo que viendo la escena en retrospectiva dice mucho. Pero no pensé en ello. Y tampoco en la mochila pesada llena de ropa que traía en la espalda (y si, Karla, gracias a esa lavada me duraron los boxers) y hasta poco después de eso en que el malandrin NO era el único cabron armado en “la ruta.” Segui haciendome el valiente sin saber de donde demonios sacaba la testosterona y la adrenalina hasta que recordé que bajo la canillera que me cubria (y cubre casi siempre que llevo manga corta) el brazo izquierdo llevaba oculta mi defender de apertura rápida, con lo que segui haciéndome el macho, ahora a sabiendas de que tenia, literalmente, un as bajo la manga. Un as de espadas. Hice lo que mas odia esta gente, estos rajados que sacan las armas porque le temen a los puños: me mantuve ecuánime, estoico ante lo que pudiera ocurrirme y confiaba que no pasaría. Ante cualquier amenaza una respuesta del tipo “hazme un favor y acaba con mi miseria” o “no tengo nada que perder. Tu si?” y eventualmente se bajo, frustrado y furioso. Y asi paso un dia mas de mi vida, al limite, a lo idiota y sobre todo, arriesgando el pellejo de modos estúpidos por razones que no entiendo. Ah, pero el señorito quería ropa limpia para contarle a Karla…

2 comentarios:

Laire dijo...

Realmente hay pocas cosas por las cuales arriesgar la vida, pero seguramente querrías un mundo en el cual tus nietos tuvieran ropa interior limpia... Eso es una gran verdad.
Me encantó la manera en la que describes como te quedarías estoico mientras al mismo tiempo te preguntas de donde sacas la adrenalina.
Estático y vibrante al mismo tiempo...

Lady Diabla dijo...

quien es karla?

Veec, quiero mas detalles de tu ubicacion, tu hospedaje y el entorno en general.

eres tan adorable cuando te haces el macho.

me gusto realmente mucho todo este asunto de los elseworlds.